El desarrollo de esta obra conllevó investigar la manera como perciben su propio cuerpo algunas mujeres en Venezuela y México, para identificar semejanzas y diferencias. Es conocido que Venezuela es el país que cosechó más premios internacionales de belleza a partir de la segunda mitad del siglo XX, asunto que no es producto de la casualidad, sino que revela valores y comportamientos de algunos sectores de la sociedad venezolana durante ese periodo.

Por otro lado, en México, muchas mujeres experimentan una devaluación respecto a su cuerpo como resultado de la imposición de un estereotipo femenino fincado en la piel blanca, el cuerpo esbelto o la cabellera rubia. La vecindad de México con la población estadounidense, así como los fenómenos de transculturación que vivimos, agudiza dicha devaluación.

De esta forma, muchas mujeres, venezolanas y mexicanas, recurren a la cirugía plástica para transformar su cuerpo y rostro, a fin de satisfacer los estereotipos de belleza hegemónicos.

Parte crucial de esta investigación consistió en solicitarle al cirujano plástico Javier Rivas que realizara sobre mi cuerpo los marcajes que se llevan a cabo para planear una cirugía estética completa. El cirujano, narró paso a paso el procedimiento que fue grabado en audio y fotografiado. Este material me sirvió para conocer este tipo de trazos y su relación con las partes del cuerpo de una mujer.

En esta pieza la acción fue construyendo una instalación que conservó las huellas de la intervención performática en varias placas de acrílico transparente.

Para la realización de la obra conté con la colaboración de cuatro mujeres de diferentes edades y estructura física. Mi agradecimiento infinito a ellas.