La serie de experiencias que viví durante este viaje a Quebec me impulsó a dar cauce a una necesidad de carácter personal y deseché la obra que tenía planeada con antelación. Esta acción, surgida de una sensación de división interna generó finalmente en mí, la integración, la unión desde un punto de vista personal. Considero que los espectadores pudieron ser partícipes de una acción congruente.

La obra consistió en cortar por la mitad una gran cantidad de rostros de personas mexicanas impresas en papel tamaño carta y que uní antes de la acción con cinta adhesiva para generar una tira. Durante la obra, fui cortando los rostros y simultáneamente dos personas me ayudaron a extender a los lados de mi cuerpo y hacia el espacio las dos tiras de papel resultantes. La pieza concluye cuando corto por la mitad la playera que llevaba puesta.