La instalación buscó confrontar al espectador con la preocupante situación de la flora y la fauna en peligro de extinción, a partir de la interconexión de elementos naturales (plantas vivas), elementos simbólicos (gotas de agua roja) y los dibujos de animales sobre papel.

La obra generó un encuentro que transitó entre lo poético y lo terrible, funcionando como un dispositivo para pensar nuestra responsabilidad ante la destrucción del entorno natural. El líquido rojo captó la atención de los transeúntes, quienes desearon observar lo que se teñía. Este fue un mecanismo eficaz para motivar la reflexión en las personas, así como, los materiales seleccionados enfatizaron la sensación de vulnerabilidad.

Se emplearon plantas vivas para lograr una interrelación entre la naturaleza vegetal y las especies de animales. Las gotas de color rojo descendieron desde las plantas que estaban suspendidas a una altura considerable por medio de una cuerda hasta manchar los dibujos sobre papel ubicados en el piso. Al finalizar, las plantas fueron obsequiadas a las personas que se acercaron.

La invitación a participar provino de BIOFUTURA, una asociación civil que dedica sus esfuerzos a monitorear la vida del jaguar mexicano y su recorrido por el estado de Hidalgo. Además, esta asociación tiene la labor de concientizar a las comunidades sobre la importancia del cuidado de diversas especies animales y ecosistemas.