La instalación es un alegato en contra de la proliferación del plástico en el planeta. Este material, prácticamente indestructible y altamente contaminante es característico del siglo XX. Debido a la cualidad que tiene para adoptar distintas formas, texturas, consistencias, tamaños y colores se encuentra en abundancia en el planeta.  

En la instalación hago explícito que la utilización de este material y sus derivados ayudan a fomentar la cultura de la apariencia y la falsificación. Con este planteamiento pretendo ir más allá de las implicaciones ecológicas del plástico, destacando sus consecuencias culturales. Así pues, el ser humano desea obtener sin esfuerzo y de manera inmediata resultados que satisfagan sus necesidades, aunque sea superficialmente, y pongan un velo a sus carencias y miserias. 

Instalé cinco computadoras de unicel completas sobre cinco mesas forradas de papel blanco, coloqué en la pantalla de cada computadora impresiones fotográficas que aludían a diferentes utilizaciones del plástico en nuestros cuerpos y las cosas. Una luz neón negra intensificó la experiencia en el lugar de la instalación que fue circulada por los visitantes.